Nueva campaña «El balonmano es respeto»

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El Balonmano es Respeto es una campaña de la Federación Catalana de Balonmano cuyo objetivo es promover el respeto dentro del mundo del balonmano e incluir a todas las personas que forman parte de esta disciplina deportiva.

Se promueve el respeto hacia el colectivo arbitral, los jugadores y las jugadoras y su salud física y mental, el público, los cuerpos técnicos, así como hacia las instalaciones deportivas y la diversidad.

Esta campaña consta de un decálogo que se ha desarrollado en formato escrito, que os dejamos a continuación, además de un diseño para redes sociales que también puede verse en los pabellones de los diferentes clubes adheridos.

Todas las entidades deportivas y personas a título personal que se adhieren a la campaña la difunden mediante el uso del hashtag #ElBalonmanoEsRespeto tanto en Instagram como en Twitter (X).

A continuación, os dejamos el decálogo escrito, que también podéis encontrar aquí:

El balonmano no es solo un deporte de competición, sino también una herramienta de formación humana y de transmisión de valores esenciales. En este contexto, el respeto se convierte en un pilar fundamental para garantizar un entorno saludable, positivo y educativo para jugadores/as, entrenadores/as, árbitros y espectadores/as. Este decálogo tiene como objetivo promover estos valores y fomentar una convivencia basada en la comprensión, el diálogo y la deportividad.

Estas normas de respeto no solo buscan mejorar la calidad del juego, sino también la experiencia de todos/as los/las participantes dentro y fuera de la pista. El balonmano es un deporte colectivo donde las relaciones humanas son tan importantes como las habilidades técnicas. Por ello, este decálogo apela a la responsabilidad de cada miembro de la comunidad deportiva para construir un entorno respetuoso y justo.

Tanto en el terreno de juego, en las gradas o en el día a día deportivo, el respeto hacia los demás, sea cual sea su rol, edad o nivel de experiencia, es esencial para vivir el balonmano con intensidad y pasión, pero siempre desde la ejemplaridad y la ética deportiva.

Respeto hacia el colectivo arbitral

El colectivo arbitral es la figura clave que garantiza la imparcialidad y el buen desarrollo del juego. Es esencial entender que su labor es compleja y que tomar decisiones bajo presión no es fácil. Por lo tanto, tanto jugadores/as, cuerpo técnico como público deben respetar sus decisiones sin cuestionar su integridad. Criticar o increpar al colectivo arbitral, tanto dentro como fuera de la pista, afecta negativamente al ambiente de competición. Aceptar sus decisiones, incluso cuando no nos favorecen, es un gesto de madurez y respeto hacia el juego.

Brazalete para árbitros/as menores de edad

Los/las árbitros/as menores de edad, identificados/as con un brazalete, son jóvenes en proceso de formación que necesitan el apoyo y la comprensión de toda la comunidad deportiva. Este distintivo recuerda que aún están adquiriendo experiencia y que las críticas destructivas o comentarios ofensivos pueden frenar su desarrollo personal y profesional. Jugadores/as, entrenadores/as y aficionados/as deben mostrar paciencia y fomentar un entorno positivo donde estos/as árbitros/as puedan aprender y crecer sin presiones innecesarias, ayudando así a garantizar el futuro del arbitraje en nuestro deporte.

Respeto entre deportistas

En un deporte colectivo como el balonmano, el respeto entre compañeros/as y rivales es fundamental. A pesar de la intensidad y competitividad que puede haber durante un partido, los/as deportistas deben recordar que el objetivo es disfrutar del juego y mejorar como equipo. Las acciones antideportivas, como agresiones físicas, insultos o provocaciones, solo destruyen la integridad del juego y rompen los valores que el deporte quiere transmitir. Cada deportista debe tratar a los/as demás con respeto, reconociendo sus habilidades y aceptando sus limitaciones.

Respeto hacia el cuerpo técnico

El cuerpo técnico no solo dirige tácticamente un equipo, sino que también son modelos a seguir y guías en el crecimiento personal de los/as jugadores/as. Sus decisiones deben ser respetadas, aunque no siempre sean fáciles de entender o aceptar. Es importante que los/as deportistas confíen en su visión y estrategia, y trabajen juntos/as para alcanzar los objetivos comunes. Asimismo, los padres, madres y el público deben tener en cuenta la dificultad de esta tarea y evitar interferencias negativas o críticas públicas que puedan poner en duda la autoridad del cuerpo técnico.

Respeto hacia los/as rivales

Un/a rival no es un/a enemigo/a, sino un/a colaborador/a necesario/a para que el deporte exista. En este sentido, se debe valorar el esfuerzo y dedicación de los otros equipos, independientemente del resultado del partido. Muestras de respeto, como saludar al final del partido, reconocer una buena jugada o ayudar a un/a adversario/a caído/a, son ejemplos de cómo vivir la competición con deportividad. Los/as deportistas deben recordar que, sin rivales, no habría competición, y tratarlos/as con respeto enriquece la experiencia deportiva.

Respeto por las decisiones técnicas

Las decisiones técnicas del cuerpo técnico están orientadas a mejorar el rendimiento del equipo y el desarrollo de los/as deportistas. Aunque a veces estas decisiones no coincidan con las expectativas individuales de los/as jugadores/as, es fundamental respetarlas. Expresar desacuerdo es legítimo, pero debe hacerse de forma respetuosa y constructiva, creando espacios para el diálogo y la comprensión mutua. Un equipo que respeta las decisiones técnicas avanza unido hacia un objetivo común.

Respeto entre el público y los equipos

El comportamiento del público refleja el ambiente y la cultura deportiva que se quiere fomentar. El público influye directamente en la experiencia de jugadores/as, árbitros y cuerpo técnico, tanto de su equipo como del rival. Insultar, criticar o presionar desde las gradas no solo desvirtúa el espíritu deportivo, sino que puede afectar al rendimiento de los/as deportistas. Aplaudir el esfuerzo de los/as participantes, animar de forma respetuosa y evitar comportamientos agresivos son ejemplos de cómo el público puede contribuir a un ambiente positivo.

Respeto por las instalaciones y materiales

Las instalaciones deportivas son un recurso compartido que permite la práctica del balonmano en las mejores condiciones posibles. Cuidar las instalaciones, mantener los espacios limpios y hacer un uso adecuado del material de juego son muestras de respeto hacia la comunidad deportiva y sus recursos. Tanto jugadores/as como aficionados/as deben ser conscientes de la importancia de preservar estos espacios para garantizar que estén disponibles en el futuro para todos/as, contribuyendo a un entorno ordenado y acogedor.

Respeto por la salud y el bienestar de los/as deportistas

La salud física y mental de los/as deportistas debe ser una prioridad en cualquier práctica deportiva. El cuerpo técnico debe respetar los límites individuales de cada deportista, evitando sobrecargas físicas o emocionales. Asimismo, los/as jugadores/as deben ser conscientes de la importancia de cuidar su cuerpo y mente, descansando adecuadamente e informando sobre cualquier problema de salud. Respetar el bienestar personal garantiza una larga trayectoria deportiva y permite disfrutar del deporte sin riesgos innecesarios.

Respeto por la diversidad

El balonmano es un deporte que acoge a personas de diferentes orígenes, culturas, géneros y capacidades, y es esta diversidad la que enriquece la práctica deportiva. Todos los participantes, sean deportistas, miembros del cuerpo técnico o del colectivo arbitral, deben ser tratados con igualdad y respeto, independientemente de sus diferencias. La discriminación por razón de raza, sexo, religión u orientación sexual no tiene cabida en el deporte. Un ambiente inclusivo y respetuoso con la diversidad permite que todos se sientan valorados y puedan aportar lo mejor de sí mismos al equipo y a la competición.

Este decálogo busca fomentar un entorno respetuoso y constructivo en todas las dimensiones del balonmano, asegurando que se mantengan los valores de deportividad, educación y colaboración tanto dentro como fuera de la pista.