Gabri Martorell, director técnico de Cataluña: «La FCH ha implementado una herramienta útil para recordar la importancia del respeto y la igualdad en el balonmano.»

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¿Cuáles son los objetivos principales de su selección de cara al CESA 2025?

Los principales objetivos de las selecciones son competir en cada partido, mantener la máxima intensidad de todos los jugadores y jugadoras en todo momento, dejarse la piel en el campo y ofrecer un buen espectáculo a los aficionados que asistan a las distintas instalaciones para presenciar los encuentros. Los jugadores convocados tienen una gran responsabilidad, ya que representan a Cataluña en esta competición, un honor que muchos otros jugadores desearían tener. Por lo tanto, vestir la camiseta de la selección catalana es una oportunidad única y un motivo de orgullo para cada niño y niña que forme parte de ella.

¿Cómo estáis preparando a los jugadores para afrontar un torneo tan competitivo como el CESA?

Llevamos desde el mes de junio con las primeras sesiones de entrenamiento. Realizamos una primera sesión en junio enfocada en la temporada 24/25, y después del verano, una vez comenzadas las competiciones en septiembre, pudimos llevar a cabo varias sesiones de entrenamiento. Hemos aprovechado todos los festivos del calendario para realizar estas sesiones, compaginándolas con la competición catalana. Sin embargo, hemos tenido el contratiempo meteorológico de la DANA, que nos ha impedido disputar dos partidos muy importantes contra Valencia y Euskadi. Ahora llega el puente de diciembre, los días 6, 7 y 8, en el que realizaremos una triple sesión de entrenamiento, incluyendo un partido contra Aragón. Será una buena prueba para evaluar el nivel de las seis selecciones en un encuentro de gran nivel.

La nueva campaña El balonmano es respeto ha sido muy bien recibida por todas las federaciones. ¿Qué opinión le merece esta iniciativa?

Es una iniciativa muy positiva y motivadora. Es importante que la gente sea consciente de la suerte que tenemos de contar con un deporte como el balonmano. Aunque, como en otros deportes, pueda haber situaciones desagradables en las gradas, creo que el balonmano está muy lejos de otros deportes en este sentido. Tenemos la suerte de que este es un deporte muy noble y, aunque sea un deporte de oposición, considero que quienes lo practican, especialmente entrenadores y entrenadoras, deben crear un ambiente donde los jugadores y jugadoras aprendan a disfrutarlo. No debemos tener miedo al contacto y que entiendan que están en un entorno saludable que les permite desarrollar los valores importantes del balonmano.

No es solo un trabajo de los entrenadores y entrenadoras, sino también de todos los agentes implicados: árbitros, familias en las gradas, los clubes. Es una herramienta que la Federación Catalana de Handbol ha implementado y que resulta bastante útil para recordarlo. Creo que es bueno darle difusión.

El CESA es una gran muestra del trabajo de igualdad que se hace desde el balonmano español, con el 51 selecciones masculinas y 52 femeninas, ¿cómo trabajáis en vuestra federación para alcanzar la igualdad?

Por primera vez, contamos con un cuerpo técnico de selecciones catalanas que tiene un 50% de entrenadores hombres y un 50% de entrenadoras mujeres. Además, siempre intentamos equiparar las sesiones de entrenamiento de las selecciones masculinas y femeninas para que no haya ninguna desigualdad en las condiciones de los entrenamientos. Puede ser que alguna selección entrene más, pero esto se debe a motivos logísticos y no a cuestiones de género.

En este sentido, siempre intentamos garantizar la representación de entrenadoras femeninas y, cuando hay entrenadoras con el nivel necesario para estar en las selecciones catalanas, buscamos potenciarlas, al igual que intentamos potenciar también a los entrenadores masculinos.

Y para finalizar, ¿qué papel esperas de tu selección en este CESA 2025?

La categoría infantil siempre es una incógnita, ya que depende mucho de la generación que toque. No conocemos bien cómo son las generaciones de las otras comunidades autónomas, por lo que siempre hay incertidumbre sobre qué pasará y cómo competirán. Tanto en masculino como en femenino, los partidos suelen ser muy igualados. Hasta que no juguemos contra Aragón no tendremos ese test que nos permita conocer el nivel real de nuestros equipos infantiles. Si hubiéramos podido jugar contra Valencia y Euskadi, también habríamos obtenido más información.

En cuanto a los cadetes y juveniles, en los últimos años nos tienen mal acostumbrados, especialmente en las categorías masculinas. Esperamos que los chicos y chicas de estas categorías, muchos de los cuales ya empiezan a tener cierta experiencia en esta competición, puedan rendir al máximo nivel. Además, saben bien la presión que supone formar parte de las selecciones catalanas, sobre todo ahora que el CESA vuelve a disputarse en Cataluña.

Todos estos factores esperamos que sirvan para animar a la gente a venir a apoyar a nuestras selecciones y darles ese pequeño empujón extra que les ayude a ganar partidos. Al mismo tiempo, que estas experiencias competitivas sirvan como aprendizaje para el desarrollo de los jugadores y jugadoras.